Nos encontramos orbitando un planeta rocoso y estéril, sin embargo, hemos detectado una radiación extraña y el capitán ha decidido investigar.
Es un planeta tan aislado e inhóspito que ni recuerdo su denominación. El equipo de salida ha partido hace unas horas en busca de esa radiación, sin embrago un tripulante va a volver ya que ha tenido un accidente y se ha torcido el tobillo.
Al llegar, lo atiendo, ahora estoy solo en la enfermedad. La lesión no es grave y tras revisarlo lo mando a su camarote a descansar.
Mientras me encuentro ordenado el instrumental, escucho a mi espalda:
- Doctor, ¿puede ayudarme?
- Claro, un segundo – respondo.
Al volverme me quedo petrificado. Frente a mi una masa informe de color marrón va tomando altura y cogiendo forma de humanoide. Veo como se forma una cabeza algo rudimentaria. Lo increíble es que la escucho hablarme, pero no veo que nada se mueva.
- No se asuste doctor, no he venido a hacerle nada. He venido a pedirle su ayuda. Y tampoco se asuste por cómo me comunico con usted, mi especie se comunica por algo similar a lo que ustedes llamarían telepatía. Puedo acceder a su mente y leerla libremente. Le prometo que no invadiré sus pensamientos profundos y su intimidad, me quedaré a un nivel superficial, para poder comunicarnos.
Estoy sorprendido. Finalmente, el ente toma forma de humanoide, algo tosco y de color enteramente marrón, semitransparente. La textura me recuerda a una gelatina muy trasparente, pero más maleable. Con todo, sigo impactado.
- Por favor, – continúa comunicándose el ente – llame a su capitán y a quien considere necesario. Para que pueda hablarles y explicarme.
- Capitán acuda a enfermería con urgencia. Que venga también seguridad. – Logro a decir.
- Voy- responde el capitán por el intercomunicador – ¿Qué ocurre?
- Es mejor que lo vea usted en persona – respondo.
- Entendido – acepta el capitán.
- Mientras esperamos – me dice el ente – su atmósfera es muy dura para mí y si permanezco mucho tiempo, empezaré a sufrir daños. ¿Podría crear un campo de contención con vacío para que pueda estar en el?
- Claro- acepto yo.- Computadora, cree un campo de contención alrededor del visitante y haga el vacío dentro del mismo.
- No se detecta ninguna forma de vida ni elemento extraño en la enfermería, aparte de usted. – Contesta la computadora.
- Pues crea un campo de contención alrededor de la camilla número dos y haz el vació en su interior.
La computadora crea un campo de contención alrededor de la camilla y genera el vacío. Una capa energética de color azulado envuelve la camilla.
- Hecho doctor- confirma la computadora.
- Gracias – respondo.
Entonces el ente se desplaza y cruza el campo de contención sin ningún problema y se sienta sobre la camilla. Y comienza a tomar la forma de una niña sonriente.
En ese instante llega el capitán junto al jefe de seguridad y dos componentes de su equipo. Se quedan quietos en el umbral de la enfermería viendo cómo el ente cruza el campo de contención y se acomoda sobre la camilla.
- Saludos capitán y acompañantes, gracias por acudir tan rápidamente. – Se alegra el ente. – Me presentaré, soy Tunt, mi especie se denomina Uno. Nos comunicamos a través de telepatía y habitamos el planeta que su nave está orbitando. He venido a su nave en son de paz para pedirles ayuda. Nuestra especie tiene la capacidad de tomar cualquier forma, desde una capa de dos moléculas de espesor, hasta el tamaño de un caballo. Podemos acceder total y libremente a la mente de quienes nos rodean a varios metros a la redonda. Así que puedo leer sus mentes. Tranquilo jefe de seguridad, no soy una amenaza. ¿Cómo he subido a su nave? En nuestra especie, si unimos muchas mentes, podemos proyectar nuestro pensamiento millones de kilómetros fuera del planeta. Cuando les detectamos, creamos la lectura de esa energía extraña; pueden dejar de buscarla, es falsa. Para subir a su nave, esperamos a que bajase su equipo de exploración he hice que uno de ustedes tuviese un tropezón, le ruego le trasmitan mis disculpas, pero era necesario. Cuando volvió a ser transportado a la nave, me adherí a su ropa y cuando llegó a la enfermería me separé y esperé a que el doctor estuviese solo y materializarme con forma humanoide. Tranquilos sus sensores no pueden detectarnos, no están estropeados. Les engañamos porque necesitamos su ayuda. Nuestro planeta ha sido visitado numerosas veces por muchas civilizaciones, pero al tener una atmósfera toxica y corrosiva, así como ningún material de interés, nunca hemos generado ningún interés en ninguna de esas civilizaciones. También su federación nos ha visitado esporádicamente varias veces. Sin embargo, hace unos meses unos seres que ustedes conocen como cardasianos intentaron establecerse, querían crear un puesto de escucha y espionaje oculto. Pero nuestra atmósfera daño en poco tiempo sus equipos y se fueron. Pero abandonaron mucho material y residuos y este material esta enfermando a nuestra población. He subido a bordo de su nave; para pedirles si pueden llevarse o eliminar esos restos. – El ente vuelve la cabeza hacia mí. – Gracias doctor, aceptamos su ofrecimiento de encontrar una cura para nosotros también. – No cabe duda que puede leer nuestras mentes. – Estas son las coordenadas donde se encuentran los residuos. Doctor, ¿me da permiso para que ponga en su memoria todos los datos que tenemos en relación a eso? – Asiento, tras unos instantes de duda, me sorprendido al detectar esos datos en mi cabeza. Han aparecido tan rápidamente que me han sorprendido.
La información es muy clara concisa, la puedo entender sin ningún problema. Es tan buena que en pocos instantes se me ocurre una posible cura. Un gas que elimine las bacterias que quedaron con los residuos de los cardasianos, y erradiquen la población invasora que se esta creando. Mientras pienso en ello, el capitán a redirigido al equipo de salida, para que recojan todos los restos que dejaron los cardasianos.
- Ese gas servirá, su composición no es peligrosa para nosotros. – Interrumpe mis pensamientos el ente.
- Me alegro – acepto, sin poder acostumbrarme a esta invasión de mi mente.
- Insisto, les pido mis disculpas por esta intromisión, pero mi especie está en peligro. Normalmente no interferimos con nada, pero esta vez no hemos encontrado otra solución – se explica el ente.
- Es muy inusual, y entenderá que no estamos muy contentos por que puedan acceder a nuestras mentes, pero les ayudaremos en lo que podamos. – Responde el capitán.
El gas para matar las bacterias es fácil de sintetizar y en pocos minutos dispongo de varios litros.
- Pueden diseminarlo por estos puntos con su trasportador, y así acabarán con la enfermedad. – Solicita el ente.
- De acuerdo. – Acepta el capitán. – Informarle que el equipo de salida ha recogido todos los residuos y está abandonando el planeta.
- Gracias, me lo están confirmado también mis congéneres desde el planeta. Y también confirmarles que el gas funciona y está acabando con lo que amenazaba a mi especie. Muchísimas gracias por su ayuda.
- La Federación disfruta ayudando – asegura el capitán.
- Pues… si no es abusar… me gustaría realizar otra petición. Dice el ente con algo de timidez.
- Le escuchamos – acepta el capitán.
- Pese a lo que pueda parecer, nos aburrimos muy mucho. ¿Podrían proporcionarnos alguna forma de entretenimiento a largo plazo? – pide el ente.
Nos quedamos todos atónitos y nos miramos algo extrañados.
- Pues… no sé. Tenemos que pensarlo. – Responde el capitán.
- La idea de su agente de seguridad me parece fantástica – interrumpe el ente.
- ¿Qué idea? – se sorprende el capitán volviéndose a mirar al tripulante.
- Bueno, he pensado que podríamos construir una especie de plataforma holográfica que pueda proyectar festividades, conciertos, actividades lúdicas y elementos similares de las diversas culturas y civilizaciones que forman la Federación. – Se explica el tripulante.
- Perfecto, hable con ingeniería. – Ordena el capitán.
- Cuando lo fabriquen, que la energía que utilice se base en sodio, para que la podamos repostar, y que la unidad que lo gestione tenga paquetes neuronales, para que podamos interactuar. – Pide el ente.
- Entendido, lo haremos – confirma el capitán.
El ente pasa unas horas más hablando con nosotros, contándonos más sobre su civilización y respondiendo nuestras preguntas. Finalmente informan desde ingeniería que han fabricado el dispositivo holográfico y funciona. Lo trasladan a enfermería y se lo muestran al ente.
- Lo hemos cargado con todo lo que se nos ha ocurrido: bailes conciertos, festivales, magia… de todo. La proyección puede ser de hasta 30 metros de alto, por 50 de ancho y 50 de fondo. – Explica el Ingeniero jefe.
- Perfecto, muchas gracias. – Responde el ente mientras vemos como interactúa con el proyector. – Nos será de gran ayuda, ¿Pueden trasportarlo a estas coordenadas? Son de una gruta profunda en el planeta, servirá como una especie de anfiteatro. Y alejado de la superficie, para que nadie que se acerque al planeta lo pueda detectar.
- Claro, sin problema. – Acepta el Ingeniero jefe.
- Antes de que lo trasporten al planeta, yo me colocaré sobre el para que me trasporten al planeta. Les agradezco en nombre de mi civilización que nos yan ayudado y salvado. El consejo de mi planeta se ha reunido y me ha pedido que les trasmita que desearían establecer relaciones discretas con la Federación de Planetas Unidos. Cuando quieran envíen un embajador y podemos hablar de ello.
- Estaríamos encantados de ello. – Se alegra el capitán. – Les trasmitimos nuestros mejores deseos. Hasta la vista.
- Hasta siempre. Gracias – Se despide el ente. – En reconocimiento a ustedes, he decidido que la primera proyección que haremos será la que se denomina: la Navidad. Me encanta esa gente cantando, conciertos y gente feliz. La utilizaremos para recordarles y en memoria a su ayuda.
Entonces el ente pierde la forma humanoide, cruza el campo de contención y se coloca sobre el equipo de proyección. Se va difuminado y finalmente es trasparente y no la distinguimos.
- Trasporte, envíe el equipo de holo-proyección a las coordenadas designadas. – Ordena el capitán.
El equipo se desmaterializa ante nuestros ojos. Y todo el mundo se va de la enfermería poco a poco, dejándome solo.
En la flota nunca se sabe cunado vamos ha salvar una civilización y hacer nuevos amigos. Compartir ha sido siempre el gran secreto de la amistad entre pueblos, y este ha sido un nuevo ejemplo de ello.
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